Adios a mi amigo

El 27 de febrero a las 19:30, mi pequeño cerró sus ojos, durmió para siempre, no estuvo solo por que su Tati y su Fredis, es decir nosotros, sus amos, estuvimos con él. Un osteosarcoma destrozo su codo derecho y la metástasis lleno sus pulmones, el dolor era demasiado, mi pobre pequeño sufría  y nosotros no podíamos ser  egoístas, no podíamos evitarlo, reunimos el valor para que nuestro Bruno descansase, en cuestión de segundos en presencia de Antonio (su veterinario) y en mis brazos, mientras él miraba a su Tati, Bruno durmió para siempre.

Es, fue y será para siempre mi primer perro, mi primer amigo canino, era el que siempre te recibía con alegría y te despedía con tristeza, compañero de paseos, siestas, travesuras, mi pinche a la hora de cocinar, mi acompañante mientras esperábamos a la Tati que llegase del trabajo, mi modelo y hasta mi maestro, por que él no vivía del pasado, ni pensaba en el futuro, solo vivía el momento su presente, nuestro presente.

Era feliz cuando reíamos, y el primero que se acercaba cuando estabas triste, cuidaba a su Tati cuando enfermaba y no me molestaba cuando era victima de mis migrañas.

Tenía siempre sus roles bien definidos, siendo un perrillo familiar, en su vida estaba la mama, el papa, el little, la tati y yo (el fredis), era feliz en la reuniones, con gente a su alrededor, siempre mendigando atención y caricias, y siempre se las llevaba, sinvergüenza.

Pero sobre todo, era feliz, se le notaba, cuando salía de paseo o cuando subía es su kaski, lo que él nunca supo que la suerte no la tuvo él por tenernos a nosotros, sino nosotros por tenerle a él, mi Bruno siempre te estaré agradecido por enseñarme que la vida es simple si quieres, que el momento es lo que importa, que hay que oír, oler, sentir y ver.

Ahora descansa, estarás con tus ancestros y en nuestros corazones, porque eres especial e insustituible.

te queremos por siempre, adiós amigo mio.